Este comienzo de la Copa América se vio sacudido indudablemente por lo que pasó con Arturo Vidal, pero pienso que no hay que ser tan cruel con los errores de un futbolista. Hay que ayudarlo y la única manera de hacerlo es dejándolo jugar. No me imagino que a un músico le quiten el instrumento por tomar una droga. Si le quitan el instrumento lo van a condenar como condenaron a Diego Maradona a una tragedia de años. Evidentemente que lo querían matar a Maradona. Le sacaron lo único con lo cual podía haberse curado, que era la pelota. Por eso digo que hay que ser cuidadoso con Vidal. Que pague su imprudencia desde un lugar que pueda entender mejor los riesgos de lo que hizo y que haga trabajo comunitario, pero no lo quiten del fútbol. Escuché periodistas que dicen que no hay que dejarlo jugar más, que es un mal ejemplo. Me parece realmente despiadado. Para competir a primer nivel y correr como una bestia como lo hace él en la Juventus no se puede ser un alcohólico. ¿Comete errores? Sí, pero no lo maten, hay que curarlo. 

En cuanto a lo futbolístico, creo que en la Copa América se está viendo la falta de horas de ensayo que tienen todos los equipos. Siempre digo que para tener una gran orquesta se necesitan grandes músicos y un gran director. Los grandes músicos están, pero lo que falta es lo más importante: horas de ensayo. De la misma manera se puede pensar a un equipo de fútbol. A los 15 minutos de cada partido ya se ve que los equipos no tienen el asimilado el funcionamiento.

En algunos equipos hay una idea, como es el caso de Argentina. Una idea de basar el desarrollo del juego desde la tenencia de la pelota. Por eso creo que de los candidatos Argentina ha sido el mejor. El problema es que cuando no tiene la pelota todavía no ha logrado sincronizar los retrocesos. Regala muchos espacios y se hace muy vulnerable. Esto se puede corregir a través del trabajo, lo cual ninguno de los equipos tiene. Es una infamia jugar una Copa en estas fechas con jugadores que casi en un 90 por ciento vienen de Europa.

Más allá del juego, quisiera destacar en Argentina la faceta algo inusual que está ofreciendo Messi. Estamos viendo a un Messi peleador. Sobre todo en estas competencias sudamericanas él debe agregar carácter a su juego, porque hay mucha picardía que está ligada a la intención de no dejarlo jugar. Se lo ve más hombre, más crecido a Messi. Ya no es el pibe que se divertía como si fuese la esquina de su barrio. Ahora es un profesional que pelea, que discute, que pone cara de malo. Y me parece bien, está creciendo.

A diferencia de la Argentina de Gerardo Martino o incluso al Uruguay de Oscar Tabárez, cuando veo a Brasil yo todavía no entiendo a qué juega. Brasil juega terriblemente mal. Si le hubiésemos puesto la camiseta de otra selección y le hubiésemos quitado a Neymar podríamos haberlo confundido con cualquier equipo africano. Nada tiene que ver con la cultura futbolística de Brasil. Dunga por momentos parece que se olvida que en la selección hubo jugadores como Pelé, Rivelino, incluso también Zito, que acaba de fallecer. O Clodoaldo. No hay una idea de juego, cada pelota que pasa a tres cuartos de cancha es vertical y el que la tiene va directo al arco sin ninguna compañía. En estos momentos están jugando muy mal, pero quizás si clasifican aparezca la genética del Brasil que domina la pelota. Brasil debe apostar a lo que lo hizo grande.

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Foto de cabecera: EFE